Infertilidad masculina
La infertilidad es diagnosticada cuando una pareja lleva un año o más tratando de lograr el embarazo sin llegar a este objetivo.
Aproximadamente un 15-20% de la población en general padece trastornos de infertilidad.
Existe la tendencia de pensar que los problemas de fertilidad son en mayor medida de las mujeres, sin embargo, 50% de los casos aproximadamente derivan de factores patológicos de varones.
Las razones por las que un hombre puede padecer infertilidad pueden ser en la mayoría de los casos, diagnosticadas y tratables. Algunos ejemplos pueden ser infecciones en el tracto genital, uso de fármacos, estar expuesto a fertilizantes, altas temperaturas ambientales, entre otras que ponen en riesgo la fertilidad masculina, sin embargo la más peligrosa pero también difícil de detectar son las especies reactivas de oxígeno (ROS) o radicales libres.
El estudio del potencial fértil del varón se determina mediante una espermatobioscopia directa o seminograma.
Este estudio requiere la obtención de la muestra de semen que es depositada en un frasco estéril y es evaluada por un profesional del área de andrología. Existen parámetros que determinan si una muestra de semen es normal o tiene alguna patología que pueda implicar infertilidad; este estudio se basa en los parámetros acordados por expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Estos parámetros a grandes rasgos son:
A pesar de que los radicales libres son producidos de forma natural como resultado habitual del metabolismo celular normal, especialmente en situaciones de inflamación, pueden llegar a dañar a las células en su material genético pudiéndose manifestar en ocasiones en embarazos bioquímicos o abortos.
Sin embargo, el cuerpo humano es capaz de reparar algunos de los daños causados por este tipo de situaciones, y a través de la alimentación, el organismo adquiere una importante cantidad de antioxidantes que nos ayudan a minimizar el efecto negativo de los radicales libres.
Podemos recurrir a complejos antioxidantes en casos en los que se sospechan problemas de fertilidad debido al exceso de estrés oxidativo. Algunos complejos recomendados para mejorar la calidad espermática son la melatonina, la astaxantina, DHA, vitaminas A, C, E, entre otros.
El tratamiento de una muestra de semen (dependiendo del diagnóstico) puede hacerse con técnicas como el lavado con gradientes de densidad o Recuperación de Espermatozoides Móviles (REM) que es un tratamiento similar a la capacitación espermática de forma natural que nos permite obtener los mejores espermatozoides para un tratamiento de baja complejidad como la inseminación artificial (IA).
Cuando las muestras de semen están por debajo de los parámetros normales se recurre a las técnicas de alta complejidad en reproducción asistida que son la fertilización in vitro (FIV) y la Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides (ICSI por sus siglas en inglés). Donde se proporcionan las condiciones adecuadas para que una muestra de semen con baja concentración logren fertilzar uno o varios óvulos en el caso de FIV; o se tome un espermatozoide por cada óvulo y se inyecte directamente al citoplasma del mismo (ICSI).
Siempre a la vanguardia.
Existen nuevas técnicas como PICSI (es un ICSI fisiológico) la cual nos permite seleccionar a los espermatozoides que provienen de recuentos bajos de espermatozoides y determinar cuáles son los más aptos. Los mejores espermatozoides, se unen al ácido hialurónico de una placa de petri que simula la zona pelúcida del ovocito y son capaces de fecundar. Posteriormente son microinyectados en los óvulos y con esto reducimos la fragmentación de ADN espermático y menor cantidad de espermatozoides expuestos a ROS.