Tengo problemas de fertilidad ¿Cómo hago para no sentirme lastimad@ ni lastimar a quienes no saben lo que vivo?

Vivimos rodeados de Los Otros: Todos esos conocidos que no tienen idea de lo que significa no poder tener hijos cuando uno quiere, que siempre están tratando de hacernos sentir mejor y de ayudarnos a encontrar soluciones, pero enfrentémoslo, no saben lo que se siente.

Los ovarios al comenzar el desarrollo folicular mes con mes, por la acción de 2 hormonas principalmente FSH (Hormona folículo estimulante) y LH (Hormona Luteinizante) producen a su vez estrógenos derivados tanto del crecimiento folicular, como de la aromatización periférica en los adipocitos (tejido grado adiposo) por los Andrógenos. De ahí la importancia directa que ejerce la grasa corporal sobre el ciclo menstrual.

El problema está, en que los que padecemos infertilidad en un momento de nuestra vida somos una minoría del 15% de la población, el resto, nunca sabrá lo que es esto.

En estudios de psicología de la fertilidad, se ha encontrado que las mujeres pueden comenzar a sentir ansiedad y frustración por la infertilidad, desde la primera menstruación que llega cuando están buscando hijos y los hombres pueden tardar hasta tres años, antes de tener estas emociones.

Esto es interesante, porque dependiendo del momento en que se encuentre la pareja, las respuestas a las otras personas van a variar.

En los primeros meses, las mujeres sentirán culpa e inadecuación, sentimientos que se verán fortalecidos con comentarios tales como: ¿y para cuando los hijos? O: ¿y ya dejaste los anticonceptivos?, ¿Cuánto piensan esperar?, etc.

Es muy doloroso para la mujer que está en este periodo saber que ha hecho todo y no se embaraza. A algunas hasta las presionan de una manera más intimidante:

¿Y están haciendo la tarea? Mira que se les pasa el tiempo… Como si uno no supiera que tiene que tener sexo para reproducirse.

Lo que las parejas con problemas de fertilidad tienen que aprender, es que la infertilidad es una enfermedad y la mayoría de nosotros, no sabemos manejar la enfermedad.

En el caso de las parejas con dificultades reproductivas, las personas cercanas piensan que tienen que ayudarlos a solucionar, ayudarlos a tomar decisiones, sin saber que no es la falta de ganas, sino el cuerpo el que no quiere funcionar como se espera. Y no es responsabilidad de nadie, ni de la pareja ni de la familia. Nadie más que los médicos tienen algo que hacer allí. Pero inclusive tomar esa decisión, buscar ayuda profesional, es algo que requiere tiempo y como dije anteriormente, un hombre que no está preocupado y una mujer que está frustrada, no andan en la misma onda. Por eso veremos a hombres tranquilos mientras sus mujeres toman tés medicinales, se toman la temperatura para saber cuándo ovulan, colocan las piernas hacia arriba luego de tener relaciones sexuales, entre otras cosas.

Esa es una de las razones de recordar todo el tiempo, el límite de un año de relaciones sin protección antes de buscar ayuda si eres mujer y tienes menos de 35 años y seis meses si tienes más, es la forma de ayudar a la pareja a que tome esa decisión.

Pero ese no es el tema de este escrito, el tema es otro. Cuando estés en tus momentos más oscuros escucharas comentarios como:

Pero relájate, si dejas de pensar en eso, seguro sales embarazada. Estás obsesionada. Yo tengo una conocida que adoptó y salió embarazada. No puedes ponerte así. Eso no es nada, en Siria se está muriendo un montón de gente todos los días, lo que te pasa no es tan grave.

Claro que cada persona escuchará sus propias versiones, pero al final es lo mismo. Lo importante es saber que: No lo hacen por mal, lo hacen porque no saben lo que sientes. Y aunque aún así pueden lastimarte mucho, tienes que empezar a tener respuestas y reacciones adecuadas, y acomodarlas a tu personalidad. Aquí te dejo algunas que te pueden servir para algunos de los comentarios que oirás:

  • “¿Y para cuando los hijos?” Puedes contestar: “Nosotros hacemos lo que tenemos que hacer varias veces a la semana, estamos esperando”. (Esta respuesta es válida para quien sea, a nadie debería interesarle la vida sexual de nadie, así que con esto es muy difícil que vuelvan a preguntar).

  • “Yo conozco a un doctor muy bueno, ¿te doy su número?” Puedes contestar: “Gracias, yo tengo al mío. De todas formas si no hace bien su trabajo te pregunto”. (Si aceptas la información, tendrás que aguantar que te pregunte si fuiste, que te juzgue si no fuiste y al final si no se embarazan ella o él te harán saber que fue tu culpa por no hacerles caso).

  • “Dios sabe lo que hace”. Esta es difícil. Solo respira profundo, asiente y en tu cabeza mándalos a volar. Tener hijos es una necesidad natural, es parte de un sistema complicado de mantenimiento de la especie. Rezar no hace que el deseo y la necesidad disminuyan, al contrario dan ganas de decirle cosas muy feas a Dios. Pero por respeto uno se aguanta y aprende alguna manualidad. En mi caso fue tejer, hay varias bufandas cargadas de deseos en los cuellos de los que amo. Después de tener a mis hijos me reconcilié con Dios y no he vuelto a tocar una aguja.

  • “No tener hijos puede ser bueno, pueden hacer tantas cosas que los que tenemos hijos ya no podemos hacer”… Si uno quisiera hacer cosas, no se comprometería en una relación cuya expectativa es la familia. Seguiría soltero. Igual que en el caso anterior, asiente y sonríe. Tal vez es verdad que la vida sin hijos es más fácil, pero eso no es lo que tú quieres, y tienes derecho a querer tener una familia. No permitas que estos comentarios te hagan sentir egoísta en el mal sentido. La reproducción es natural y la necesidad de reproducirse también. Asume que estás en tu derecho de querer tener hijos.

  • “No te obsesiones, cuando menos lo esperes estarás embarazada” Puedes contestar: “No es una obsesión, es un deseo. Tengo muchos deseos de ser madre, nada más”. Te repito lo mismo, a este tipo de deseos tan primario, que proviene directamente de una necesidad que pasa de la individualidad para convertirse en el bien común de la sobrevivencia de la especie, no podemos calificarla con clichés que harán al otro sentirse desarmado. Es injusto intentar hacer callar a quien manifiesta su sentir, solo porque no sabemos qué hacer con su expresión de dolor. Si no saben que decir, mejor es que permanezcan junto a nosotros callados.

  • “Tal vez deberías hacer otras cosas, mantenerte ocupada para no pensar” Puedes contestar: “Perfecto, ¿Qué se te ocurre?” Este es un buen consejo, pero la mayoría de las mujeres que buscan embarazarse, también buscan en qué ocupar su tiempo libre. Escucha qué opiniones tienen los demás y evalúa si te es útil o no. Quien sugiere estas actividades, debería proponer directamente una actividad: “Están dando un curso de pastelería para principiantes y como sé que te encantan los dulces, ¿qué te parece si nos inscribimos y vamos juntas? Si tu amiga te necesita, ofrece opciones, a veces esa salida en compañía hace mucho bien.

  • “Vamos, tu eres una mujer fuerte, tu puedes con esto y con más”… Si quien dice esto es alguien que te ama y le importas, abrázala muy fuerte y dile que ahora no te sientes fuerte, que necesitas a alguien que te abrace y te haga sentir que no estás sola. Que quieres saber que cuentas con ella o él en este momento. Si no es tu estilo ser tan abierta, solo abrázala (lo) y agradécele que confíe en ti, y no te sueltes de ese abrazo aunque el otro quiera huir. Eres digna de afecto y comprensión, el otro no lo sabe todavía, pero si se mete en un tema tan sensible, que aguante. Si es alguien que no te importa, respira de nuevo, sonríe y observa la línea larga que une a la pared con el techo de la habitación donde estás… Cualquier cosa es más importante que el metiche que no te conoce y encima te quiere poner cualidades que no tienes en ese momento.

Esto está dedicado a los dos, sabiendo que por lo mismo de lo temprano de sus síntomas de ansiedad y tristeza, son las mujeres las que más lo sufrimos. Así que amiga, aunque lamento mucho lo que tendrás que aguantar, desde mi corazón te deseo que cumplas tus sueños. Y cualquier cosa, una psicóloga del área, yo y otras mujeres que hemos pasado lo que tú, estamos aquí, si quieres hablar, seguro nosotras también.

“La infertilidad es difícil pero es una enfermedad, nada más, algo que tiene solución. No temas buscar ayuda, ni temas enseñarle a los que amas lo que vives para que te puedan ayudar. ¡Éxito!”

Psic. Adriana González Piña
Psic. Adriana González Piña
Psicoterapeuta

Maestría en sexología clínica y salud sexual.
Universidad de Barcelona.

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